Ya la hazada o la hoz, poco repugna
Al andante ejercicio; ya está en uso
La llaneza escudera, con que acuso
Al soberbio que intenta hollar la luna.
Envidio a tu jumento y a tu nombre,
Y a tus alforjas igualmente envidio,
Que mostraron tu cuerda providencia.
Salve otra vez ¡oh Sancho! tan buen hombre, Que a solo tú nuestro español Ovidio Con buscorona te hace reverencia.