Del revés. Por Alfonso Reyes

EN NUESTROS días, la crítica sólo cree ver escritores profundos en aquellos que están a disgusto dentro de su cuerpo o dentro de la naturaleza que les rodea y, sobre todo, en aquellos que le piden cuentas a Dios. A poco que se descubren asomos de “paranoia” o “esquizofrenia”, de malas herencias, de dolencias congénitas o adquiridas, de esas que desajustan la sensación del mundo, se obtiene patente de profundidad. En cambio, los otros son superficiales: como los griegos. Hemos vuelto de revés el sentido clásico.

Julio de 1954.

Alfonso Reyes, «Del revés», Las burlas veras, Obras Completas XXIIFCE, México, 1989, p. 445.

 

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