Si no eres para, tampoco le has tenido;
Que par pudieras ser entre mil pares;
Ni puede haberle donde tú te halles,
Invicto vencedor, jamás vencido.
Orlando soy, Quijote, que, perdido
Por Angélica, vi remotos mares,
Ofreciendo a la Fama en sus altares
Aquel valor que respetó el olvido.
No puedo ser tu igual, que este decoro
Se debe a tus proezas y a tu fama,
Puesto que, como yo, perdiste el seso.
Más serlo has mío, si al soberbio Moro
Y Cita fiero domas, que hoy nos llama
Iguales en amor con mal suceso.
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