Voces
El padre
La madre
La hermana
La novia
Guardianes de milicianos (Coro)
La Cantata salió como brota un quejido, aunque naturalmente tuvo que pasar por la razón.
Precisamente el esfuerzo consistió en darle cierta expresión objetiva de «epos». Por eso, en vez de acudir a resortes de la propia sensibilidad, se acudió a los símbolos eternos; el tributo de la naturaleza amontonado sobre una tumba: las regiones, la geografía humana de España; el Padre, la Madre, en el espacio físico y en el «espacio del alma», había que situarla en el tiempo. El trueno de los Milicianos, desde el fondo, la arraiga en el presente: la evocación de los temas líricos gratos a Lorca, la reminiscencia del Caballero de Olmedo, la atan a la tradición, al pasado: y el grito vengador final (tras los esfuerzos abortados de la Madre, que por más que hace no logra salir de la obsesión de una frase trunca: «¡Pero tu sangre…!»), la lanza al porvenir, al porvenir que es nuestro.
Una preocupación musical, que Pahissa interpretó cabalmente, domina la elaboración del poema. Tras la recitación de Mony Ermello, el poema quedó confiado a la teatralización de Margarita Xirgu.
La traducción francesa de L. Z. de Galtier fue recitada por Georgina de Uriarte en el Teatro Marigny de París, 1951.
EL PADRE
Madre de luto, suelta tus coronas.
LA HERMANA
La flor de ojeras, la risa de los llanos,
tus azucenas y tus amapolas,
claveles de pudor, jacintos pálidos,
y tréboles y fucsias y retamas,
y espliegos y laureles,
y hasta juncos, sarmientos y gavillas,
acres rastrojos, sápida verbena,
menta de ardor y cuasia de amargura;
y vengan estambradas
todas las trenzas de la tierra.
Madre de luto, suelta tus coronas.
LA NOVIA
Junta y apila en la silvestre tumba
los fragantes limones y naranjas,
túmulo vegetal, cerro de aromas,
la carne cristalina de las uvas,
gusto seco de nueces y castañas,
la granada vinosa,
la cidra vaporosa,
paltas y tunas y piñas de América,
y las anonas y los tamarindos,
y las lanzas del cacto mexicano...
GUARDIA
Y el trueno, fruto de la carabina.
EL PADRE
Madre de luto, suelta tus coronas
sobre la fiel desolación de España,
sacudido rosal, zarza entre lumbres.
LA NOVIA
Inquieto jardín
que hoy mecen clamores,
ayer castas flores
en olor de abril.
EL PADRE
Hay cóleras negras, llamaradas rojas,
espadas de cardos, banderas de hojas,
jardín; y en las sienes y en el corazón,
tónicos de buena y mala intención.
LA HERMANA
Perdida canción
de flauta y rabel.
LA NOVIA
Mustio girasol,
tronchado clavel.
LA HERMANA
Lo lloran los montes,
lo lloran los ríos.
LA NOVIA
Y los de las otras,
y los ojos míos.
LA MADRE
¡Pero tu sangre, tu secreta sangre!
¡Abel, clavel tronchado!
¡Pero tu sangre, tu secreta sangre
que revuelve la tierra y ciega el puente,
colma los surcos y amenaza el vado,
Abel, clavel tronchado!
EL PADRE
Presente tú donde el vino se cuela,
los crótalos redoblan y las palmas,
mana la voz y la guitarra vuela;
presente tú donde la gente baila,
donde la moza cesaraugustana
lanza en palillos de tambor de piernas...
LA HERMANA
Y las espuelas de Amozoc repican,
las barbas del rebozo de la china
cosquillean el vello de la boca,
y el gaucho zapatea,
el suelo santiguando con las botas.
EL PADRE
Hoy te lloren los pueblos,
el gitano solemne y el andaluz exacto,
el "maño" terco y bueno como el agua y el pan,
ebrio de luz el lírico huertano,
el catalán de las sagradas cóleras,
el forzudo gallego melancólico,
el dulce, hercúleo vasco,
el recio astur y el castellano santo.
LA NOVIA
El lazador de América y el fiero mexicano.
LA HERMANA
Matronas con los senos agitados,
vírgenes con las manos compasivas...
GUARDIA
Y el trueno, fruto de la carabina.
LA MADRE
¡Pero tu sangre, tu secreta sangre,
Abel, clavel tronchado!
EL PADRE
Te lloren la garúa y el tornado,
el turbio meteoro,
la gota del orvallo,
la pedriza que siega las mazorcas...
GUARDIA
Y el trueno, fruto de la carabina.
LA NOVIA
Que de noche lo mataron
al caballero,
la gala de Granada,
la flor del suelo.
LA HERMANA
En Fuentevaqueros
nació la gala:
traía cascabeles
entre las alas.
LA NOVIA
Crezcan la mejorana,
la yerbabuena,
dalia y clavel del aire,
flores de América.
LA HERMANA
Que de noche lo enterraron
entre cuatro velas,
cuatro ángeles mudos
por centinelas.
EL PADRE
Madre de luto, suelta tus coronas
sobre la fiel desolación de España.
Ascuas los ojos, muerte los colmillos,
bufa en fiestas de fango el jabalí de Adonis,
mientras en el torrente de picas y caballos
se oye venir el grito de los campeadores:
«¡Aprisa cantan los gallos
y quieren quebrar los albores!»
LA MADRE
¡Pero tu sangre, tu secreta sangre!
¡Pero tu sangre, tu secreta sangre!
TODOS
¡Pero tu sangre, tu secreta sangre,
Abel, clavel tronchado,
colma los surcos y amenaza el vado!
¡Aprisa cantan los gallos
y quieren quebrar los albores!
Buenos Aires, mayo de 1937 .-VS.
OBRAS COMPLETAS Índice general de las obras completas Tomo X Fondo de Cultura Económica México 1959, 512 pp. ISBN 968-16-063-1 OBRAS COMPLETAS DE ALFONSO REYES X CONSTANCIA POÉTICA Contenido de este tomo, 7 Prólogo, 9 Noticia sobre esta edición, 11 I. Repaso poético, 12 II. Cortesía, 12 III. Ifigenia cruel, 12 IV. Tres poemas, 13 V. Jornada en sonetos, 14 VI. Romances sordos, 14 VII. Apéndices, 14