Il nʼy a de paix quʼau-dessus des
serpents de la terre.
Max Jacob
Quisieras escribir al margen de combustiones
y escalofríos,
malezas que ametrallan
y testimonios del fracaso de toda magia,
remediando azogues roídos para que
del otro lado del espejo se llegue
a los jardines sin tormenta ni astucia,
donde el té circular y los amigos íntimos
lejanos.
Quisieras convertir los pantanos en manantiales de limpio
berro,
izar la historia,
red reptante donde tropiezas
y te cubres de presagios amoratados.
Pero sigues por arenales de sofocación hasta ningún fin,
a vararte en el horror prometido.
La espalda, triste signo,
acata tablas dictadas entre
truenos y violencia.
Christopher Domínguez Michael nació en la Ciudad de México el 21 de junio de 1962, hijo del doctor José Luis Domínguez Camacho (1936–2012), médico psiquiatra y de la dibujante neoyorkina, Marsha Michael Goldenberg (1940–2005), nieta del actor Samuel Goldenberg, del Teatro Yiddish de Nueva York. Vivió su infancia en la entonces bulliciosa Zona Rosa y en los Edificios Peaton Place de la Condesa. Lector voraz desde la infancia, se educó –primaria y secundaria– en la Escuela Activa Decroly.
En 1987 cuando aparecieron en la revista Vuelta sus primeros artículos, a instancias de Enrique Krauze, subdirector –a quien conoció en el Palacio de Minería en una mesa redonda sobre los diez años de la muerte de Daniel Cosío Villegas, en 1986. Habiendo sido reseñista de libros en el semanario Procesodesde 1983, a partir de enero de 1989 hasta la desaparición de la revista tras la muerte de Octavio Paz en 1998, fue miembro del consejo de redacción de la revista. Hasta la fecha es consejero editorial de su sucesora, Letras Libres y columnista político y cultural en los periódicos Reforma (1993–2015) y actualmente en El Universal.
Ingresó a la UAM Xochimilco en 1980 a estudiar sociología pero dificultades familiares le impidieron proseguir sus cursos universitarios al tiempo que lo acogía la prensa cultural (muy brevemente en Nexos, en El Buscón y en Proceso durante ocho años) y desde entonces ha publicado más de 2000 artículos de crítica e historia literaria. Probablemente sea uno de los periodistas mexicanos en activo más prolíficos.
Ha publicado antologías y diccionarios (Antología de la narrativa mexicana del siglo XX, en 1989–1991 y el Diccionario crítico de literatura mexicana del siglo XX, 2007 y 2011, e hizo con José Luis Martínez, La literatura mexicana del siglo XX en 1995). Ha hecho historia literaria mexicana del siglo XIX (La innovación retrógrada, 2016) y del XX (Tiros en el concierto. Literatura mexicana del siglo V, 1997) y dos biografías, una de fray Servando Teresa de Mier (Vida de fray Servando, 2004) y otra de Octavio Paz(Octavio Paz en su siglo (2014). Sobre literatura universal decimonónica y moderna ha publicado La utopía de la hospitalidad (1993), La sabiduría sin promesa. Vida y letras del siglo XX (2000 y 2007), Para leer a Borges (2010), Los decimonónicos (2011) y Retrato, personaje y fantasma (2016). El año próximo Sexto Piso iniciará la colección, en cinco tomos, de sus Ensayos reunidos no recogidos en libro. Ha sido traducido al inglés, al francés y al portugués.
En 2006 obtuvo la beca Guggenheim, en 2013–2014 fue profesor visitante en la Universidad de Chicago con la Beca Tinker y en 2017 obtuvo la residencia Edmundo O’Gorman en la Universidad de Columbia en Nueva York. Fue miembro del Sistema Nacional de Creadores del FONCA hasta octubre de 2017 y desde 2010 es investigador asociado de El Colegio de México. Ha dado numerosos cursos y conferencias en el extranjero sobre historia literaria latinoamericana y crítica literaria latinoamericana.
Christopher Domínguez Michael ingresó a El Colegio Nacional el 3 de noviembre de 2017.
¿En qué rincón del tiempo nos aguardas,
desde qué pliegue de la luz nos miras?
¿Adónde estás, varón de siete llagas,
sangre manando en la mitad del día?
Febrero de Caín y de metralla:
humean los cadáveres en pila.
Los estribos y riendas olvidabas
y, Cristo militar, te nos morías...
Desde entonces mi noche tiene voces,
huésped mi soledad, gusto mi llanto.
Y si seguí viviendo desde entonces
es porque en mí te llevo, en mí te salvo,
y me hago adelantar como a empellones,
en el afán de poseerte tanto.
Río de Janeiro, 24 de diciembre, 1932.-VS